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James Hamilton, el denunciante de Karadima que encontró una explicación al abuso con el “Homo exul”

 

¿Por qué fui abusado? Con esta interrogante partió su libro James Hamilton, médico cirujano y uno de los tres primeros hombres que denunció a Fernando Karadima. Allí buscó una respuesta a las atrocidades del mundo desde la ciencia y se explicó cómo fue que el hombre encontró el camino hacia la violencia y el abuso del poder.

En su libro, Homo exul (2025), dice que depredadores como Karadima son monstruos, “hijos de nuestra sociedad y nuestra cultura” que están enfermos por el poder y sus patologías. Así comenzó un curioso viaje desde los primeros homínidos del planeta hasta el ser humano de hoy.

“Como médico e investigador, no me alcanzaban las explicaciones sociológicas, filosóficas o, llamémoslas, religiosas, para poder explicar la presencia del abuso en todas sus formas, que finalmente es un abuso de poder entre los hombres, entre todos nosotros”, comenta en entrevista con BiobioChile.

“No es que hubiese algo dañado en mí o algún problema dentro de mí que de alguna manera justificara el abuso psicológico y sexual. Si no que es un trastorno profundo que viene de la personalidad de una persona que está dañada en su capacidad de empatía”, explica.

Y es que la empatía, dice Hamilton en su libro, es de origen biológico, y las patologías del poder parten por un déficit de esta. Ante ello, Karadima no fue una excepción a la regla.

Es uno más de muchos abusadores que tienen un trastorno claro en sus capacidades empáticas, que los hacen maltratar, abusar y dañar a su semejante”, concluye.

La transformación del humano

Hamilton parte desde la base de que en los primeros homínidos no existía la violencia entre pares, o al menos no que se haya documentado.

“Si uno busca puntas de flecha, hachas, de hace unos 20.000 años por ejemplo, y uno logra sacar restos de sangre pegada a estas herramientas de aquella época, se puede ver el ADN de cuál fue la víctima que cayó bajo esa flecha, o esa hacha, o esa lanza, y lo único que se ha encontrado es sangre de animales, no sangre humana”, plantea.

Es muy interesante ver que la violencia no se daba entre humanos, o si se daba, se daba en un contexto completamente distinto, pero nunca jamás se daba una violencia hacia la mujer o el niño de las tribus. La mujer y el niño eran, porque era la manera de poder sobrevivir y perpetuar”.

Pero, ¿qué produjo el cambio radical que permite la existencia de la violencia en la sociedad y la falta de empatía a causa del poder? El médico hace un viaje de varias capas donde analiza como los homínidos cambiaron a lo largo del tiempo. La ciencia ha documentado que tanto el alimento como las condiciones del entorno influyeron en el ADN, pero hubo un evento que marcó un punto de inflexión. Se trata del llamado “Dryas Reciente”.

En palabras de Hamilton, provocó una desconexión tal con los ecosistemas que “nos fue volviendo lentamente seres irracionales y violentos”.

El Dryas Reciente tuvo lugar hace unos 12.000 años, y fue un evento climático en el que la Tierra experimentó un enfriamiento abrupto que congeló el hemisferio norte y dejó unas pocas poblaciones de homínidos en el hemisferio sur. Se teoriza que pudo haber ocurrido por el impacto de un meteorito o un cometa.

“Es un cambio casi cataclísmico, donde desaparecen los grandes mamíferos, como el mamut, los tigres dientes de sable, de manera súbita, y también desaparece gran parte de la humanidad de todo lo que es el hemisferio norte del planeta”, explica.

El impacto fue tal que empujó a la humanidad a lo que los científicos llaman un “salto evolutivo” y así fue como llegó la agricultura, la mortalidad subió en niños y adolescentes y comenzaron a aparecer las enfermedades crónicas.

La hipótesis de Hamilton es que esta serie de sucesos a los que la humanidad tuvo que adaptarse para sobrevivir, influyeron en el delicado equilibrio entre el desarrollo de la infancia, la nutrición, la microbiota, el sistema digestivo y neurodegenerativo, que terminó alterando nuestro comportamiento.

—¿Y encontraste la respuesta que estabas buscando? ¿Quedaste satisfecho?

“Quedé muy satisfecho porque me pude responder todas esas preguntas. Y lo que planteo es una forma de teoría unificada, donde se explica que lo que podríamos llamar el mal o el daño social en el mundo, se da esencialmente por una perturbación en el desarrollo cognitivo neurobiológico del macho de la especie, esencialmente del hombre. El hombre es el que más sufre las consecuencias de este cambio que se da con un inicio obligado, no elegido, de la era agrícola”.

El “Homo exul” de James Hamilton

A partir de este viaje, el médico propone la existencia de un nuevo tipo de homo, el “Homo exul, donde el humano está desconectado de los ecosistemas. El humano de hoy.

Homo exul lo que refleja esencialmente es cómo hoy en día vivimos de manera exiliada, como un exilio dentro de nuestro ecosistema. No solo porque nos hemos alejado de él, y sentimos que no pertenecemos a él, sino que hoy en día lo desconocemos, no lo entendemos, y lo peor de todo es que eso nos ha llevado a su destrucción”, plantea.

Hamilton sugiere que vivimos en una era de desconexión que podría llevarnos a la extinción. “Estamos completamente desconectados de nosotros mismos, de nuestros semejantes, y en particular de nuestro medio ambiente, del entorno. Nos ha llevado a un camino que, de no enfrentarlo con una nueva mirada, con una nueva perspectiva, efectivamente tenemos el riesgo de extinguirnos”.

Los científicos, de hecho, ya han alertado sobre la sobreexplotación de los recursos y como esto, eventualmente, alterará los ciclos planetarios.

“Tarde o temprano llegaremos a una situación en que los recursos se van a acabar y no vamos a tener las condiciones, no solamente por el cambio climático, sino que no vamos a tener las condiciones de alimentar a una población cada vez más gigantesca, la cual este planeta nunca ha tenido en su historia”, apunta.

James, de hecho, planea proponer al Homo exul como la nueva especie frente la comunidad científica, una que vez su libro se traduzca al inglés, espera poder compartirlo con los cientos de científicos a los que citó y así comenzar a discutir el concepto, “es uno de mis mayores de deseos”, manifiesta.

“La Iglesia tiene la crisis más seria de su existencia”

A más de 10 años desde que denunció a Karadima, James dice que la Iglesia sigue enfrentando la crisis más seria de su existencia, “una crisis profunda de credibilidad y confianza”, señala, y el problema radicaría en sus líderes.

“Yo creo que los verdaderos líderes son servidores, creo que cualquier persona que tiene algún poder en el mundo, que no esté al servicio de los demás, y del medio ambiente, y del resto de las especies: daña. Cuando el poder se desvincula del servicio, se transforma en un poder patológico, enfermo, abusivo”, reflexiona.

“Yo no quiero ser tan engreído como para estar dando normas a una institución milenaria, pero en mi experiencia lo que les podría sugerir es que reconsideren -de manera radical- la presencia de la mujer en la Iglesia, desde el sacerdocio femenino hasta que la mujer se involucre en los más altos niveles”, agrega.

Por otro lado, sugiere “que se reestructure el concepto clerical, donde es muy importante que la Iglesia, según el evangelio de Cristo, se transforme en una iglesia servidora, no en una iglesia normativa”.

En su libro, James demuestra que los actos más violentos de la humanidad han surgido del hombre, “no es un problema atribuible a la mujer”, concluye.

“El hombre está de alguna manera transformado producto de estos eventos históricos, es justamente la principal amenaza para nuestra especie y el planeta. Entonces, si tú tienes una institución tan importante, tan enorme como es la Iglesia Católica, dominada solo por hombres, es una institución que tarde o temprano no va a poder subsistir”, comenta.

—¿Y cuál es tu relación con la Iglesia ahora? ¿Con la fe, después de todo lo que te pasó?

“Bueno, el libro a mí me sirvió mucho para acrecentar mi fe en una energía inteligente, maravillosa, natural. No es sobrenatural, es algo que está en la vida, en la presencia de la vida. Pero yo hoy en día no me siento un miembro de una iglesia que discrimina, que tiene como un ciudadano de segunda clase a mujeres, a niñas y niños, de los cuales, de manera sistemática, ha abusado, no solamente ahora.

Para que decir lo que fue la Iglesia en Canadá, donde hoy en día se han descubierto cientos de crímenes de religiosos y religiosas a niños indígenas, esto ha sido terrible históricamente. Para que decir la historia de la inquisición, o de la oposición al conocimiento. La Iglesia no ha salido de su oscurantismo y de la desconfianza que ha tenido en sus miembros, para que ellos también puedan descubrir a Dios de una manera distinta”.

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